miércoles, 31 de marzo de 2010

Imágenes de La Gomera

Finca " El Portugués". Arafo

Esta finca está situada entre las medianías y la costa del municipio de Arafo.
No sé exactamente las hectáreas que puede tener pero es bastante grande. Se podría considerar un latifundio canario, ya que la mayoría de las fincas son bastante pequeñas: un par de mil metros o incluso menos.



Se ha mantenido intacta, bueno me explico. La finca en general está en estado ruinoso: las paredes de los canteros en el suelo, la casa, la bodega de archete, la era, los goros...
Pero por otro lado, y por eso digo intacta, se ha salvado de la especulación. De los típicos cuartitos rodeados del murallón de cemento que han proliferado tanto por todos lados y que han convertido al campo arafero en una zona semi-urbana. ¡Hay casas, casitas y casuchas por todas partes!.





No sé muy bien la historia de esta finca. Pero debió de ser de un portugués, de los tantísimos que vinieron a Canarias, siglos atrás. De esta finca toma también el nombre toda la zona.
A finales del siglo XIX pertenecía a Don Manuel Herrera, dueño de una fábrica de tabacos en Santa Cruz y que adquirió la finca para obtener la materia prima de su negocio. La casa del portugués no es otra cosa que un secadero de tabaco, al que después se le fueron adosando otras dependencias.



A su muerte Don Manuel Herrera, dejó en herencia a la familia Orozco, esta finca, que paso a lo largo del siglo XX por manos de diferentes medianeros que ya no plantaban tabaco, sino hortalizas, papas, cebollas...
Hacía tiempo que no se plantaba, las maleza lo cubrió todo, las paredes se fueron cayendo, los frutales sobre todos guayaberos se secaron... sí, no se plantaba hasta hace poco.
Desde cualquier parte del Valle se ve una gran "mancha verde" es la finca que ha sido plantada de nuevo, ¡toda de lechugas!.
Otra cara tiene ahora aquel lugar, otra alegría, otra esperanza para nuestro campo.
La agricultura nunca se debió abandonar, ni desprestigiar como se hizo.
Canarias necesita que sus campos vuelvan a renacer, que se abastezca por lo menos parte del comercio interior.
Necesitamos más Rosarios, que así es como se llama la señora que ha arrendado la finca.







La palmera



El último temporal que azotó las islas a mediados de febrero se llevó consigo a esta palmera.
Desde siempre la había visto formando parte del entorno. Es cierto que cuando soplaba el viento algo fuerte, oscilaba bastante su tronco, pero casi me parecía imposible que pudiera sucumbir.
Cuando por la mañana, después de una larga noche de viento, observamos el paisaje, notamos algo extraño, ya no era el mismo, faltaba algo. Allí no estaba nuestra querida palmera.

viernes, 12 de marzo de 2010

Playa del Socorro o Chimisay. Güímar

La playa del Socorro, de la Entrada o de Chimisay en Güímar está diferente.
Diferente por la gran cantidad de arena negra que cubre ahora esta larga playa de callaos.











Esta arena no ha sido sido llevada por el hombre. La ha traído el mar. Esto suele suceder a veces.
Pero también sabemos que cuando cambien las mareas, la arena volverá a desaparecer, arrastrada por las olas, hacia un arenal submarino que esta muy cerca de la costa.









Aquí en estas fotos podemos ver toda la arena que se ha acumulado en la playa, aunque por algunas partes asoman los callaos que pueblan esta zona normalmente.

miércoles, 3 de marzo de 2010

El Cebreiro, nevado

El Cebreiro es un hito en el Camino de Santiago. Verlo nevado una maravilla.



Crucero





Torre de la iglesia de Santa María de El Cebreiro.







Foto sacada desde la iglesia. Al fondo se puede ver una palloza. Casa de base circular típica de la comarca de Los Ancares.
















Nuestras huellas en la nieve.

Atardecer. Paseo de Los Plátanos. Ponte de Lima.

Ponte de Lima es un bonito pueblo del norte de Portugal. Su nombre viene de un gran puente romano que cruza el río Lima.
En una de sus orillas hay un paseo que lo llaman de los Plátanos, por tener a los lados, dos grandes hileras de plátanos orientales.
Estos gigantescos árboles de hoja caduca, nos recibieron ofreciéndonos su agradable sombra, un día caluroso del verano pasado, cuando haciendo el Camino de Santiago llegamos exhaustos después de haber recorrido 33 km desde Barcelos.
Ahora están igual de bonitos pero muy diferentes, grises y sin hojas, esperando que surja como cada año el milagro primaveral.
Ver atardecer a través de sus troncos y ramas fue un auténtico espectáculo.
Por unos momentos parecía que el cielo iba a estallar lleno de amarillos, naranjas y rojos. Para poco a poco ir retomando la calma, transformándose en un cielo difuminado de azules, violetas, rosas... que finalmente, lleno más de sombras que de luces terminó por convertirse en un negro profundo.





















Barcelos y su mercado

El verano pasado haciendo el Camino portugués pasamos por Barcelos. Nos pareció una bonita y animada ciudad.
Está vez nos encontramos también con una grata sorpresa: era día de mercado.
El mercado de Barcelos se celebra todos los jueves y es uno de los más importantes de Portugal.
En él puedes encontrar de casi todo: frutas y verduras, dulces, animales, flores y plantas, ropa, cerámica, herramientas.... .
A nosotros nos encanta patear los mercados, así que allí estábamos en nuestra salsa.
Aquí dejo algunas fotos.



En esta primera foto (google earth) se pueden ver las dimensiones del mercado.





































Portugal es todavía muy rural. La sencillez y naturalidad de sus gentes me llegaron al corazón.
El mercado fue todo un conjunto de sensaciones: olores, sabores, sonidos...
La deliciosas castañas recién asadas que nos comimos, el canto de los gallos, la musicalidad de la lengua portuguesa, la sonrisa de sus gentes y sus miradas limpias ... todo un regalo.