jueves, 7 de enero de 2010

Sendero: Igueste de Candelaria- La Mesa -Araya

Día de Reyes: Familia, amigos, regalos, chocolate.....
Después andar.....
Empezamos nuestra caminata en el Barranco de Chacorche en Igueste. Unas tablillas indicadoras nos informan que hay 5,5 kilómetros hasta Araya.

Comenzamos el sendero subiendo por una de las laderas del barranco. El zigzag de la vereda hace que no se note mucho la pendiente.

El camino está en muy buen estado. Canteros y paredones abandonados nos acompañan al principio para desaparecer a medida que ascendemos.
Hay cantidad de retamones (retama monsperma) y pensamos lo coloridos y olorosos que estarán estos lugares cuando florezcan allá por abril o mayo. También hay muchos pencones (0puntia máxima), algunos aún con higos picos, eso sí, ya pasados de coger y ahora alimento de pájaros.

Inciensos (artemisa canariensis), lavandas (lavándula canariensis) , verodes (senecio kleinia), tabaibas (euphorbia obtusifolia) , cardones (euphorbia canariensis) y algunas plantas más, completan la flora de la zona.

Antes de llegar a la cima de la ladera observamos un arco muy curioso, muy fotogénico, hay que desviarse un poco por un camino casi intransitable pero lo hacemos. Sacamos unas fotos y seguimos adelante.

A medida que subimos vamos teniendo una visión cada vez más amplia.

El sendero tiene partes empedradas, seguramente en un tiempo ya lejano, era bastante frecuentado.
La vista desde aquí es impresionante. Hace muchos días que la mar está como un plato (en calma) y haciendo caminos.

Algunas lanchas y pequeños veleros navegan cerca de la costa, aprovechando la bonanza.

Desde aquí podemos ver casi al completo el pueblo de Igueste y las Caletillas.

En el fondo de un barranquillo crecen muchísimas piteras.

A los lados comenzamos a ver cuevas naturales, algunas con un muro de piedra en el exterior, cerrando su entrada. Seguramente fueron corrales de cabras que hoy en día están completamente en desuso y abandonados.

El fondo del barranco por donde caminamos ahora es de piedra viva. En algunos sitios límpio de piedras y tierra ya que cuando llueve corre el agua y se precipita por un alto saltadero situado unos metros más abajo.

Aquí arriba el terreno vuelve a ser llano y se aprovechó en su tiempo para plantar. Para ello, nuestros antepasados tuvieron que preparar la tierra. Picando las zonas donde el terreno era más blando y aguantando luego esta tierra, con paredes de piedra y formando así los canteros o bancales.
El canario siempre ha sido muy trabajador. Basta con observar las paredes de piedra que todavía quedan en pie a lo largo y ancho de toda nuestra geografía. Verdaderamente es un patrimonio que nunca se debería perder aunque hoy en día muchas de ellas ya están en el suelo por puro abandono.
Está claro que todos buscamos vivir con más comodidad, pero esta sería una labor a nivel estatal, para así poder conservar parte de la herencia de nuestro pueblo, de nuestras raíces.
Me apena la falta de amor y de respeto por lo nuestro.

Pero dejemos el tema y sigamos caminando.
Al lado de las paredes de estos canteros hay unas tanquillas y canales de riego, bastante grandes. Se nota que en un tiempo llevaron gran cantidad de agua.
Empezamos a encontrar pinos (pinus canariensis), jaras (cistus monspeliensis) , juagarzos, vinagreras (rumex lunaria) al estar a más altura.

Desde aquí ya se ve también Candelaria con su muelle de pescadores, la basílica.... al otro lado Santa Cruz.

Llegamos a La Mesa, donde hay una antigua casa toda en ruinas. En el exterior de la misma quedan las marcas de un antiguo lagar de madera que en la actualidad se encuentra en el pueblo de Igueste.

Alrededor de la casa hay pencones, algunos almendreros casi secos, trozos de vigas y de tejas de los techos... una pena.

Seguimos caminando. Siempre ascendiendo.

Por aquí el camino pasa al borde de un barranco bastante profundo.
Nos encontramos con un gran canal que lleva agua, es el Canal de Araya. Unas bolsas de plástico y latas vacías nos dan la bienvenida a este lugar......nada que decir....
Vamos cansados pero queda poco para llegar al punto culminante del camino. La vista desde lo alto del Valle de Güímar.
Nunca lo había visto desde aquí, desde este ángulo, de esta perspectiva. Era tarde ya. El sol de frente. Las nubes.... Así que las fotos que saqué no salieron demasiado bien.

Aquí al lado de un gran mojón de piedras hacemos un descansito.

Observamos con todo detalle la vista que se nos ofrece ante nosotros. La gran charca de Las Hermosas hoy seca y sin uso, Araya a nuestros pies, Las Cuevecitas y El Malpaís. En la costa, el Polígono de Güímar, más al sur el Espacio Protegido del Malpaís con la Montaña Grande, después el Puertito y la montaña de Los Guirres.....
Comenzamos el descenso por una buena vereda.

La primera casa que nos encontramos es la de la Finca del Cabildo.


Por último, como ya era tarde atravesamos rápido las localidades candelarieras de Araya, Cuevecitas y Malpaís. Luego Arafo y .... a "casita".

sábado, 2 de enero de 2010

Sendero: Parador de las Cañadas- Alto de Guajara

Hemos ido alguna que otra vez a quedarnos en el Parador de Las Cañadas del Teide. Casi todos los sitios donde se ubican los Paradores, suelen ser lugares interesantes. Otras veces el propio edificio resuma ya, una magia muy especial, unos son antiguos castillos o monasterios o tal vez una antigua casona con bastante historia y años sobre sus tejados.
Estar por la noche, en Las Cañadas es algo fantástico, poder oir el silencio, observar las estrellas.....
Siempre reservamos en esta época buscando una posible nevada aunque de momento no hemos tenido suerte.
El sendero que hoy nos ocupa, lo comenzamos en el mismo Parador. Pedimos información en el Centro de Visitantes "Cañada Blanca" situado justo al lado del mismo. Nos dicen que tenemos dos posibilidades:
1) Por el sitio más corto, es más empinado y con alguna que otra repisa que puede producir vértigo. Y,
2) Más largo pero con un desnivel más suave.
Optamos por el segundo.
Es temprano y aunque hay sol, todavía hace frío en los lugares más sombríos. Caminamos por un sendero de retamas que nos conducirá a una pista. Es el camino de "Las Siete Cañadas".



Nos encontramos primeramente con "La Cañada del Capricho" formada por rocas de color amarillo- anaranjado y con unas formas muy caprichosas.





Seguimos por el camino sorteando charcos, algunos de grandes dimensiones formados por el agua de las recientes lluvias caídas en la isla.





El silencio es total. Tras recorrer un par de kilómetros llegamos a "La Cañada del Montón de Trigo" donde tomamos un sendero que encontramos a nuestra derecha.



Esta serpenteante y ascendente vereda nos conduce en primer lugar, a la Degollada de Guajara.





Desde aquí vemos una panorámicas impresionantes de Las Cañadas y de la parte sur de la isla.













En la Degollada de Guajara nace el espectacular Barranco del Río que separa los municipios de Arico y Granadilla.
Una vez ahí, tenemos la posibilidad de ir al Paisaje Lunar y a Vilaflor, o bien seguir hasta la cima de la Montaña de Guajara, que hoy va a ser nuestro itinerario.













El sendero se hace cada vez más pendiente y el firme esta lleno de pequeñas piedrecitas que hacen bastante dificil el caminar.
Pero a pesar del esfuerzo vamos contentos y emocionados viendo El Teide desde otra perspectiva y el gran circo de Las Cañadas con las diferentes y coloridas coladas de lava.
Saco muchas fotografías. El paisaje puede parecer monótono ya que la vegetación es escasa, aquí reina lo geológico. Las tonalidades de las piedras, las diferentes clases de rocas, las formas extrañas producidas por la erosión o aquella situada en una posición determinada me causan admiración y despiertan mi fantasía.





















Llegamos a la cumbre y lo primero que hacemos es dar un giro de 360 grados para echar una ojeada a nuestro alrededor. Sensaciones diversas nos produce este sobrecogedor paisaje.
Sobre el mar de nubes asoman las islas de La Gomera, La Palma y El Hierro. Por el este la isla de Gran Canaria.



















La montaña de Guajara tiene una altitud de 2717 metros y es la tercera altura de la isla tras el Teide y el Pico Viejo.
Todavía se pueden observar, en este lugar, las paredes de piedra de un antiguo observatorio.
Aquí estuvo en 1856 el astrónomo británico Piazzi-Smyth para demostrar que los sitios de gran altitud presentaban grandes ventajas para la observación astronómica por la limpieza de la atmósfera.
En este mismo lugar colocó un gran telescopio y allí pasó un tiempo junto a su esposa.









El majestuoso Teide con la Montaña Blanca a un lado y el Pico Viejo al otro nos brindan un escenario inigualable que nos hace pensar lo pequeños que somos los seres humanos ante tamaña inmensidad.



Unamuno al que le encantaba subir las montañas decía: "Y allí arriba, en la soledad de la cumbre, entre los enhiestos y duros peñascos, un silencio divino, un silencio recreador".
Ahora sí, toca comer un buen bocadillo y unas ricas y jugosas naranjas de "cosecha propia".
Un rato de descanso y descendemos por el mismo camino que nos condujo hasta esta cumbre.
El sol está alto y las luces y las sombras son ahora diferentes.



Aprovechamos para sacar algunas fotos en las raras formaciones rocosas de La Cañada del Capricho. La luna está en un creciente avanzado y aunque mi cámara no tiene demasiado zoom, hago algunas fotos en este paisaje que parece de otro planeta.











Un poco más y llegamos de nuevo a nuestro punto de partida El Parador. Un baño reparador, un descansito y como nuevos.





Por la noche bajamos a cenar a La Escalona. Comemos en el restaurante "La Barrica". Un rico puchero y un escaldón será nuestro menú. Más canario imposible.
A nuestro regreso la temperatura ha bajado bastante, pero a la altura que estamos y en esta época es normal.
Contemplamos un rato las estrellas, oimos el silencio y a dormir.
Ha sido un día redondo.