sábado, 2 de enero de 2010

Sendero: Parador de las Cañadas- Alto de Guajara

Hemos ido alguna que otra vez a quedarnos en el Parador de Las Cañadas del Teide. Casi todos los sitios donde se ubican los Paradores, suelen ser lugares interesantes. Otras veces el propio edificio resuma ya, una magia muy especial, unos son antiguos castillos o monasterios o tal vez una antigua casona con bastante historia y años sobre sus tejados.
Estar por la noche, en Las Cañadas es algo fantástico, poder oir el silencio, observar las estrellas.....
Siempre reservamos en esta época buscando una posible nevada aunque de momento no hemos tenido suerte.
El sendero que hoy nos ocupa, lo comenzamos en el mismo Parador. Pedimos información en el Centro de Visitantes "Cañada Blanca" situado justo al lado del mismo. Nos dicen que tenemos dos posibilidades:
1) Por el sitio más corto, es más empinado y con alguna que otra repisa que puede producir vértigo. Y,
2) Más largo pero con un desnivel más suave.
Optamos por el segundo.
Es temprano y aunque hay sol, todavía hace frío en los lugares más sombríos. Caminamos por un sendero de retamas que nos conducirá a una pista. Es el camino de "Las Siete Cañadas".



Nos encontramos primeramente con "La Cañada del Capricho" formada por rocas de color amarillo- anaranjado y con unas formas muy caprichosas.





Seguimos por el camino sorteando charcos, algunos de grandes dimensiones formados por el agua de las recientes lluvias caídas en la isla.





El silencio es total. Tras recorrer un par de kilómetros llegamos a "La Cañada del Montón de Trigo" donde tomamos un sendero que encontramos a nuestra derecha.



Esta serpenteante y ascendente vereda nos conduce en primer lugar, a la Degollada de Guajara.





Desde aquí vemos una panorámicas impresionantes de Las Cañadas y de la parte sur de la isla.













En la Degollada de Guajara nace el espectacular Barranco del Río que separa los municipios de Arico y Granadilla.
Una vez ahí, tenemos la posibilidad de ir al Paisaje Lunar y a Vilaflor, o bien seguir hasta la cima de la Montaña de Guajara, que hoy va a ser nuestro itinerario.













El sendero se hace cada vez más pendiente y el firme esta lleno de pequeñas piedrecitas que hacen bastante dificil el caminar.
Pero a pesar del esfuerzo vamos contentos y emocionados viendo El Teide desde otra perspectiva y el gran circo de Las Cañadas con las diferentes y coloridas coladas de lava.
Saco muchas fotografías. El paisaje puede parecer monótono ya que la vegetación es escasa, aquí reina lo geológico. Las tonalidades de las piedras, las diferentes clases de rocas, las formas extrañas producidas por la erosión o aquella situada en una posición determinada me causan admiración y despiertan mi fantasía.





















Llegamos a la cumbre y lo primero que hacemos es dar un giro de 360 grados para echar una ojeada a nuestro alrededor. Sensaciones diversas nos produce este sobrecogedor paisaje.
Sobre el mar de nubes asoman las islas de La Gomera, La Palma y El Hierro. Por el este la isla de Gran Canaria.



















La montaña de Guajara tiene una altitud de 2717 metros y es la tercera altura de la isla tras el Teide y el Pico Viejo.
Todavía se pueden observar, en este lugar, las paredes de piedra de un antiguo observatorio.
Aquí estuvo en 1856 el astrónomo británico Piazzi-Smyth para demostrar que los sitios de gran altitud presentaban grandes ventajas para la observación astronómica por la limpieza de la atmósfera.
En este mismo lugar colocó un gran telescopio y allí pasó un tiempo junto a su esposa.









El majestuoso Teide con la Montaña Blanca a un lado y el Pico Viejo al otro nos brindan un escenario inigualable que nos hace pensar lo pequeños que somos los seres humanos ante tamaña inmensidad.



Unamuno al que le encantaba subir las montañas decía: "Y allí arriba, en la soledad de la cumbre, entre los enhiestos y duros peñascos, un silencio divino, un silencio recreador".
Ahora sí, toca comer un buen bocadillo y unas ricas y jugosas naranjas de "cosecha propia".
Un rato de descanso y descendemos por el mismo camino que nos condujo hasta esta cumbre.
El sol está alto y las luces y las sombras son ahora diferentes.



Aprovechamos para sacar algunas fotos en las raras formaciones rocosas de La Cañada del Capricho. La luna está en un creciente avanzado y aunque mi cámara no tiene demasiado zoom, hago algunas fotos en este paisaje que parece de otro planeta.











Un poco más y llegamos de nuevo a nuestro punto de partida El Parador. Un baño reparador, un descansito y como nuevos.





Por la noche bajamos a cenar a La Escalona. Comemos en el restaurante "La Barrica". Un rico puchero y un escaldón será nuestro menú. Más canario imposible.
A nuestro regreso la temperatura ha bajado bastante, pero a la altura que estamos y en esta época es normal.
Contemplamos un rato las estrellas, oimos el silencio y a dormir.
Ha sido un día redondo.

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