Día de Reyes: Familia, amigos, regalos, chocolate.....
Después andar.....
Empezamos nuestra caminata en el Barranco de Chacorche en Igueste. Unas tablillas indicadoras nos informan que hay 5,5 kilómetros hasta Araya.
Comenzamos el sendero subiendo por una de las laderas del barranco. El zigzag de la vereda hace que no se note mucho la pendiente.
El camino está en muy buen estado. Canteros y paredones abandonados nos acompañan al principio para desaparecer a medida que ascendemos.
Hay cantidad de retamones (retama monsperma) y pensamos lo coloridos y olorosos que estarán estos lugares cuando florezcan allá por abril o mayo. También hay muchos pencones (0puntia máxima), algunos aún con higos picos, eso sí, ya pasados de coger y ahora alimento de pájaros.
Inciensos (artemisa canariensis), lavandas (lavándula canariensis) , verodes (senecio kleinia), tabaibas (euphorbia obtusifolia) , cardones (euphorbia canariensis) y algunas plantas más, completan la flora de la zona.
Antes de llegar a la cima de la ladera observamos un arco muy curioso, muy fotogénico, hay que desviarse un poco por un camino casi intransitable pero lo hacemos. Sacamos unas fotos y seguimos adelante.
A medida que subimos vamos teniendo una visión cada vez más amplia.
El sendero tiene partes empedradas, seguramente en un tiempo ya lejano, era bastante frecuentado.
La vista desde aquí es impresionante. Hace muchos días que la mar está como un plato (en calma) y haciendo caminos.
Algunas lanchas y pequeños veleros navegan cerca de la costa, aprovechando la bonanza.
Desde aquí podemos ver casi al completo el pueblo de Igueste y las Caletillas.
En el fondo de un barranquillo crecen muchísimas piteras.
A los lados comenzamos a ver cuevas naturales, algunas con un muro de piedra en el exterior, cerrando su entrada. Seguramente fueron corrales de cabras que hoy en día están completamente en desuso y abandonados.
El fondo del barranco por donde caminamos ahora es de piedra viva. En algunos sitios límpio de piedras y tierra ya que cuando llueve corre el agua y se precipita por un alto saltadero situado unos metros más abajo.
Aquí arriba el terreno vuelve a ser llano y se aprovechó en su tiempo para plantar. Para ello, nuestros antepasados tuvieron que preparar la tierra. Picando las zonas donde el terreno era más blando y aguantando luego esta tierra, con paredes de piedra y formando así los canteros o bancales.
El canario siempre ha sido muy trabajador. Basta con observar las paredes de piedra que todavía quedan en pie a lo largo y ancho de toda nuestra geografía. Verdaderamente es un patrimonio que nunca se debería perder aunque hoy en día muchas de ellas ya están en el suelo por puro abandono.
Está claro que todos buscamos vivir con más comodidad, pero esta sería una labor a nivel estatal, para así poder conservar parte de la herencia de nuestro pueblo, de nuestras raíces.
Me apena la falta de amor y de respeto por lo nuestro.
Pero dejemos el tema y sigamos caminando.
Al lado de las paredes de estos canteros hay unas tanquillas y canales de riego, bastante grandes. Se nota que en un tiempo llevaron gran cantidad de agua.
Empezamos a encontrar pinos (pinus canariensis), jaras (cistus monspeliensis) , juagarzos, vinagreras (rumex lunaria) al estar a más altura.
Desde aquí ya se ve también Candelaria con su muelle de pescadores, la basílica.... al otro lado Santa Cruz.
Llegamos a La Mesa, donde hay una antigua casa toda en ruinas. En el exterior de la misma quedan las marcas de un antiguo lagar de madera que en la actualidad se encuentra en el pueblo de Igueste.
Alrededor de la casa hay pencones, algunos almendreros casi secos, trozos de vigas y de tejas de los techos... una pena.
Seguimos caminando. Siempre ascendiendo.
Por aquí el camino pasa al borde de un barranco bastante profundo.
Nos encontramos con un gran canal que lleva agua, es el Canal de Araya. Unas bolsas de plástico y latas vacías nos dan la bienvenida a este lugar......nada que decir....
Vamos cansados pero queda poco para llegar al punto culminante del camino. La vista desde lo alto del Valle de Güímar.
Nunca lo había visto desde aquí, desde este ángulo, de esta perspectiva. Era tarde ya. El sol de frente. Las nubes.... Así que las fotos que saqué no salieron demasiado bien.
Aquí al lado de un gran mojón de piedras hacemos un descansito.
Observamos con todo detalle la vista que se nos ofrece ante nosotros. La gran charca de Las Hermosas hoy seca y sin uso, Araya a nuestros pies, Las Cuevecitas y El Malpaís. En la costa, el Polígono de Güímar, más al sur el Espacio Protegido del Malpaís con la Montaña Grande, después el Puertito y la montaña de Los Guirres.....
Comenzamos el descenso por una buena vereda.
La primera casa que nos encontramos es la de la Finca del Cabildo.
Por último, como ya era tarde atravesamos rápido las localidades candelarieras de Araya, Cuevecitas y Malpaís. Luego Arafo y .... a "casita".
jueves, 7 de enero de 2010
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