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Desde... ya no recuerdo cuando, siempre había querido hacer el Camino de Santiago.
En 1999 lo hicimos en coche. Fue el primer contacto con él.
En el 2002 hicimos las etapas desde Ponferrada a Santiago (208 km) y en los siguientes años realizamos también otros tramos del Camino.
Pero ya, en el 2007 lo realizamos, por fin, desde Roncesvalles.
Recorrerlo es una experiencia irrepetible. Hay quien dice que una vez que lo has hecho, ya no tiene sentido volver hacerlo. Yo no pienso así.
El Camino siempre es diferente. El paisaje y el clima cambia con las estaciones... así es que hemos cruzado, totalmente nevados los Montes de Oca en Burgos, subido el Alto del Perdón en Navarra con una lluvia tremenda, o atravesado las llanuras castellanas con un calor que rompía las piedras.
Pero además, el Camino no es solo físico, las sensaciones que tienes al estar tantos días en contacto con la naturaleza, viendo unos amaneceres esplendorosos, pasando por veredas perdidas en los montes, sorteando el ganado que anda suelto por los prados, hablando y compartiendo con otros peregrinos de cualquier parte del mundo que lo hacen con la misma ilusión que tú. O..., esos muchos ratos que caminas y caminas con tus pensamientos , a veces, casi con la mente en blanco; hace que mires más hacia tu interior y le busques otro significado a la vida.
Por otro lado, el Camino está lleno de leyendas, de historia, de arte (románico y gótico sobre todo).... bueno, te ofrece tanto que vale la pena experimentarlo.
NAVARRA
Roncesvalles (Orreaga en euskera)
Son apenas unas cuantas construcciones, levantadas al lado de la Colegiata y el Hospital de peregrinos
Va a ser ahí el inicio de nuestro Camino por lo tanto tenemos que pedir las credenciales (especie de carnet que vamos sellando a lo largo de la ruta).
Hasta las ocho, que tendrá lugar la misa del peregrino, y en la que hacen una bendición para todos los que empezamos aquí el Camino, tenemos tiempo de recorrer un poco el lugar.
Visitamos la Colegiata de Santa María, uno de los primeros templos góticos construidos en España. Siendo rey de Navarra, Sancho VII, El Fuerte. En la sala capitular se encuentra su tumba. Enorme, pues medía 2,13 metros.
En la entrada se encuentran las cadenas y las mazas arrebatadas por este rey al califa Miramamolín, en la batalla de las Navas de Tolosa, en 1212 y que hoy forman parte del escudo de Navarra.
El Silo de Carlomagno o capilla del Sancti Spiritus, la más antigua de Roncesvalles. Se dice fue mandada a construir por Carlomagno para enterrar a los Doce Pares de Francia muertos en este lugar en" la batalla de Roncesvalles" tras una emboscada de los vascones. Dice la leyenda que la capilla está construida en el sitio en que Roldán hundió su espada. Durandarte.
A la salida de Roncesvalles nos internamos ya, en un frondoso bosque de hayas y robles que nos llevará hasta Burguete.
Es un pueblo típico navarro con grandes casonas que se sitúan a ambos lados de la carretera.
En este pueblo solía pasar largas temporadas el escritor y premio nobel Ernest Hemingway al que le encantaban los sanfermines y la pesca de la trucha en el río Irati.
Salimos de Burguete por una pasarela de madera sobre el río Urrobi y de lleno nos encontramos entre prados, tierras agrícolas y pequeños bosquecillos. Tenemos que atravesar varios regatos y abrir y volver a cerrar puertas de madera que a modo de valla cortan el camino para evitar que salga el ganado.
A la entrada nos encontramos con una fuente y numerosas huertas plantadas de verduras.
Las casas son grandes y muchas tienen escudos en las fachadas.
El final de nuestra primera etapa.
Zubiri
Su significado en euskera es "pueblo del puente". Y se refiere al llamado puente de la Rabia. Su nombre es debido a una tradición que decía que los animales tenían que dar una vuelta alrededor del pilar central del puente para prevenirlos de esa enfermedad.
Y eso... ¿por qué motivo? pues según cuentan también, es porque bajo ese pilar se encuentra enterrada Santa Quiteria.
Este puente está sobre el río Arga. Río que nos acompañará a lo largo del camino hasta Puente la Reina.
A un kilómetro de Zubiri nos encontramos con una explotación minera de magnesita, el ruido es ensordecedor, el camino transcurre a través de ella y aceleramos el paso para salir cuanto antes de allí.
Llegamos a Larrasoaña que queda al lado derecho del camino. Para visitarlo tendríamos que cruzar el puente de Los Bandidos pero seguimos de largo.
Pasamos por Akerreta y seguimos por un estrecho sendero, la vegetación es exuberante. Los árboles tienen los troncos cubiertos de hiedras. El camino desciende hasta casi el borde del río.
El sendero nos conduce al antiguo señorío de Arleta, que hoy no es más que un conjunto de casas derruidas.
Para evitar la Ronda Este (carretera de circunvalación de Pamplona) tenemos que pasar por un paso subterráneo. Lo hacemos. A la salida vemos lejos, en la carretera, un gran revuelo. No sabemos que pasa.
Seguimos bordeando la montaña Miravelles y entramos en Trinidad de Arre por un puente medieval sobre el río Ulzama.
Pamplona (Iruña)
Entramos a Pamplona cruzando el puente de la Magdalena. Se continúa junto a las murallas y atravesamos un puente levadizo. Ahora pasamos bajo el portal de Francia y andamos por las calles de la zona antigua: Calle del Carmen, La Navarrería....
Son los sanfermines y acaba de terminar un encierro.
Las calles están muy concurridas.
Pasamos frente al ayuntamiento donde días antes dieron "el chupinazo".
Seguimos por la Calle Mayor. Hay mucha gente, sobre todo niños, nos enteramos que se celebra la fiesta de "Los gigantes de Pamplona".
La comparsa de gigantes y cabezudos de Pamplona está compuesta por ocho gigantes, seis kilikis, cinco cabezudos y seis zaldikos.
Los más temidos por los niños son los kilikis porque les persiguen y pegan con unas esponjas llamadas vergas. Caravinagre es el más temible de todos.
Los zaldicos son caballitos con sus jinetes y aunque también persiguen a los niños no dan tanto miedo como los kilikis.
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Una vez dejada atrás la calle Mayor y pasar por la Ciudadela enfilamos por una calle larguísima, ya la ciudad moderna, que nos conducirá a la Universidad de Navarra. Después de cruzar el puente de Acella sobre el río Sadar hemos recorrido unos tres kilómetros.
El siguiente pueblo que encontramos es Cizur Menor, allí comemos y en un pequeño parque, tumbados sobre el césped esperamos a que el sol esté menos fuerte para acometer la subida al Alto del Perdón. El verdor de los prados y bosques de las primeras etapas ya quedó atrás.
Pasamos por un pequeño humedal con una charca, estamos en Guenduláin, antiguo señorío despoblado y semiderruido, está formado por un palacio y una iglesia.
Seguimos ascendiendo. Por aquí hemos pasado en tres ocasiones. La primera vez con una lluvia y una niebla que apenas se veía el camino.
La segunda subimos casi de noche, de hecho en la bajada del monte del Perdón hasta Uterga tuvimos que encender una linterna. Había cantidad de luciérnagas que daban con su luz azulada un brillo misterioso al camino.
Y la tercera vez con bastante calor. Bueno esas son unas de las cosas que hacen interesante el camino.
Más o menos a la mitad del alto del Perdón se encuentra Zariquiegui con su bonita iglesia de San Andrés. Hacemos un descanso y hablamos con una señora que riega las flores.
Pasamos junto a la fuente de La Reniega, que tiene su leyenda y todo. Cuentan que en ese mismo lugar, el diablo ofreció agua a un peregrino sediento con la condición de que renegara de Dios, la Virgen y Santiago. El peregrino despreció el agua y rezó hasta que el diablo se fue. Entonces se le apareció Santiago vestido de peregrino dándole agua en una vieira.
Hoy en día la fuente está seca, así que nosotros también llegamos exhaustos a la cima del monte.
A partir de aquí lo encontramos varias veces más en el camino.
La vista es impresionante. Descansamos y nos sacamos unas fotos junto a unas esculturas realizadas en chapa por el artista Vicente Galbete.
Uterga es el siguiente pueblo que nos encontramos, lo atravesamos por una ancha calle que muy pronto nos lleva al final del pueblo.
Aquí tenemos dos opciones. Recorrer unos dos kilómetros hacia el lado contrario y visitar la capilla de Eunate o seguir de frente hacia Óbanos.
Está leyenda está ligada como no, al Camino de Santiago y nos cuenta que Felicia es obligada a casarse en contra de sus deseos. Antes de la celebración del matrimonio, Felicia decide peregrinar a Santiago con su séquito. A la vuelta se queda trabajando al servicio de los señores de Amocáin y no regresa a su palacio de Aquitania.
La tradición dice que Felicia trabajó y rezó procurando su santidad ayudando a los demás.
Preocupado su padre, mandó a Guillén en su busca. Éste la encuentra haciendo un trabajo que no le correspondía a una noble y trás un fuerte arrebato saca una daga y se la clava en el corazón. Felicia muere al instante.
Guillén al darse cuenta de lo que había hecho y buscando el perdón, peregrina a Santiago. A partir de entonces llevará una vida de penitencia y al servicio de los demás.
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En óbanos compramos las mejores naranjas chinas (mandarinas), que he comido nunca. Recuerdo que las comimos sentados en el murito de la plaza y que las compartimos con unos catalanes y una argentina. ¡Qué buenos recuerdos!
Tras atravesar el arco apuntado, de la puerta de Óbanos, seguimos el camino hacia Puente la Reina.
Puente la Reina es una preciosa villa medieval que ha crecido en torno al Camino de Santiago. De hecho la Calle Mayor coincide con su trazado.
Al principio de ésta, nos encontramos la Iglesia del Crucifijo del siglo XII. En su interior se halla un Cristo de origen renano, clavado en una cruz en forma de Y.
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Seguimos caminando. A la mitad de de la Calle Mayor, al lado derecho, está la iglesia de Santiago que tiene una fantástica portada del siglo XIII. En su interior se puede ver al Santiago Beltza (negro en euskera).
Este puente sobre el río Arga, se cree que lo mandó levantar la reina doña Mayor de Navarra o también se le atribuye a la mujer de su hijo, García de Nájera, doña Estefanía.
"Leyenda del Txori" (pajarito en euskera).
Cuentan que en un torreón, hoy desaparecido, que había en la parte más elevada del puente, había una Virgen. La Virgen del Puy.
Dicen que muy a menudo, un pajarillo cogía con su pico agua del río y limpiaba la imagen. Esto era motivo de gran fervor entre los vecinos.
En 1834, durante la 1ª Guerra Carlista, un comandante de las tropas liberales que custodiaban la villa, se burló de lo que consideraba como una superstición, lo que produjo un enfrentamiento con los vecinos.
Su derrota, detención y fusilamiento en manos de las tropas carlistas dos semanas después fue considerado por los vecinos como un castigo divino, que incrementó todavía más la fe y la devoción por esta Virgen.
Hoy en día esta imagen se encuentra en la iglesia de San Pedro de esta misma localidad.
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Una vez cruzado el puente, haber atravesado la carretera nacional y pasado el barrio de las monjas dejamos atrás Puente la Reina.
Ahora, por nuestra izquierda, nos acompañará durante unos tres kilómetros el río Arga.
Después de coger un desvío provisional por obras en una cercana carretera, que nos hará pasar por un sendero bastante empinado llegamos a las puertas del vitivinícola pueblo de Mañeru.
Bebemos agua en una fuente que está a la entrada del pueblo y descansamos a la sombra de unos árboles que hay en ese mismo lugar.
Reanudamos la marcha. Pasamos ahora por campos de cereal y viñedos.
A lo lejos sobre una colina vemos ya al vecino pueblo de Cirauqui (nido de víboras en euskera).
Después retomamos el camino.
Atravesamos la puerta de la muralla y empezamos a subir hasta llegar a la Plaza Mayor. Allí ponemos en nuestra credencial un sello, que está sobre una mesita, bajo un pequeño túnel que tenemos que cruzar, para ahora, empezar a descender por el otro extremo del pueblo y salir de él.
Los pocos restos que quedan son más bien los cimientos de la calzada, compuestos de grandes piedras sin tallar.
Ahora el camino pasa por campos de viñas principalmente.
El Codex Calixtinus, nos dice:
"Por el lugar llamado Lorca, por la zona oriental, discurre el río llamado Salado: ¡cuidado con beber en él, ni tú ni tu caballo, pues es un río mortífero!.
Camino de Santiago, sentados en su orilla, encontramos a dos navarros afilando los cuchillos con los que solían desollar las caballerías de los peregrinos que bebían de aquel agua y morían. Les preguntamos y nos respondieron mintiendo, que aquel agua era potable, por lo que dimos a beber a nuestros caballos, de los que al punto murieron dos, que los navarros desollaron allí mismo".
En la plaza hay una fuente con un agua fresquísima, por lo que no hay un solo peregrino que se resista a hacer una paradita para descansar y reponer fuerzas.
Unas cervecitas frescas y continuamos nuestro camino.
Atravesamos el puente románico sobre el río Iranzu y subimos una cuesta que nos llevó hasta la iglesia de la Anunciación.
Nuestro camino transcurre ahora por una vereda que baja hasta el mismo cauce del río Ega.
A lo lejos se oyen truenos y el cielo se está llenando de nubarrones que amenazan lluvia. En pocos minutos tenemos una tormenta encima. ¡Quién lo iba a decir con el calor que hacía y lo despejado que estaba unos momentos antes!.
Así es que entramos en Estella mojados como sopas.
Estas tormentas de verano suelen durar relativamente poco y esta vez no fue la excepción.
Después de este "contratiempo" pudimos disfrutar toda la tarde de Estella, que tiene mucho que ver.
Estella (Lizarra en euskera)
Podemos visitar la iglesia de San Pedro de la Rúa del siglo XII-XIII. Con su torre rectangular, que le da un aire de fortaleza.
Iglesia de San Miguel situada sobre un montículo rocoso, conocido por "La Mota". Construída alrededor del año 1200.
Casi sin darnos cuenta estamos en Ayegui. Hoy en día parece que es parte de Estella, pero es una localidad aparte , con su propio ayuntamiento.
Un ligero descenso nos conducirá a la famosa "Fuente del Vino" de Irache.
Esta fuente tiene dos caños. Por uno sale vino y por otro agua.
En esta fuente hay escritas dos leyendas que dicen:
"Peregrino,
si quieres llegar a Santiago
con fuerza y vitalidad
de este gran vino echa un trago
y brinda por la felicidad".
"A beber sin abusar
te invitamos con agrado.
Para poder llevar,
el vino ha de ser comprado.
Justo aquí nos encontramos con dos peregrinas de Los Realejos (Tenerife). Con las cuales seguimos caminando un buen rato.
En frente de esta famosa fuente y a los pies del monte Montejurra, se halla el monasterio de Irache. Comenzado a construir en la segunda mitad del siglo XI por monjes benedictinos.
También cuenta con una leyenda.
San Veremundo pasó toda su vida en el monasterio, allá por el siglo XI.
De niño comenzó siendo portero del cenobio. Para socorrer a los pobres cogía comida que escondía bajo el hábito. Cuando era sorprendido, la comida se convertía en flores.
Con el tiempo Veremundo se convirtió en el abad del monasterio.
La última vez que pasamos por allí no le vimos pero en una ocasión lo encontramos andando a las afueras del pueblo y estuvimos hablando un rato con él. Nos contó muchas cosas, como que había hecho el camino hacía muchos años con unos amigos, del retablo de la iglesia de Azqueta.....
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Caminamos ahora entre viñedos, poco antes de llegar a Villamayor de Monjardín nos encontramos con la fuente de "Los Moros" un antiguo aljibe medieval.
Villamayor de Monjardín, en cambio esta muy bien cuidado, flores y enredaderas adornan las calles y las casas. Visitamos la iglesia de San Andrés, románica del siglo XII y torre barroca del XVIII.
Villamayor está rodeada de viñedos y posee una bodega.
Caminamos por campos de cereal, muchos en plena faena de recolección.
Hace bastante calor y no hay sombra.
Vemos a un lado del camino pacas de paja apiladas. Decidimos hacer un pequeño descanso para aprovechar su sombra. Pero el descanso nos salió caro, pues sobre todo yo, salí picada de tábanos. Compramos pomada para las picaduras de insectos en una farmacia de Los Arcos, pero las ronchas me duraron muchísimo tiempo.
Una de las anteriores veces que estuvimos en Los Arcos nos encontramos el pueblo en fiestas.
Por lo visto aquí la gente es muy aficionada a las vaquillas y hay encierros todos los días mientras duran las fiestas.
En la llamada plaza del "Cosillo" pudimos disfrutar de uno. Esta plaza había sido cerrada con remolques de tractores y pacas de paja para poder torear las vaquillas.
Al día siguiente como siempre toca madrugar.
El paisaje lo siguen conformando principalmente viñedos y trigales. A lo lejos se ven pueblitos todavía con las luces encendidas que poco a poco van despertando al nuevo día.
Tras pasar un pequeño arroyo nos encontramos con un panel informativo que nos dice que en ese mismo lugar hubo un hospital de peregrinos del que hoy no queda ni rastro.
Seguramente sus piedras sirvieron para la construcción de algunas casas del pueblo vecino de Sansol.
En Sansol hacemos una paradita en la plaza del pueblo que tiene una fuente con un agua muy rica.
Allí llegan dos parejas de peregrinos, también de Tenerife. Está claro que... ¡Este año nos dió a todos los tinerfeños por hacer El Camino!.
Sansol es un pueblo pequeño apenas separado de Torres del Río por un Kilómetro.
Tras una pronunciada bajada y luego una subida llegamos a Torres del Río.
Allí compramos algo de fruta y galletas en una ventita.
Andamos unos pasos más y llegamos a la iglesia del Santo Sepulcro del siglo XII. De planta octogonal como la de Eunate y atribuidas las dos a los caballeros templarios. Esta iglesia tiene una torre adosada que pudo servir de faro para guiar a los peregrinos.
Casi siempre está cerrada. Pero la anterior vez que pasamos por aquí, nosotros y unos peregrinos más, llamamos a la señora que tiene las llaves y nos la abrió además de darnos muchas explicaciones sobre el famoso templo.
A partir de Torres del Río y hasta Viana el camino es un contínuo sube y baja.
Algunos olivos se mezclan con los campos de cereal y los viñedos. Observamos una panorámica preciosa que no me resisto a fotografiar.
Esta flecha la ideó Elias Valiña, párroco de O Cebreiro en la década de los '80. Cuentan que en un viejo Citroën y con un cubo de pintura amarilla recorrió el Camino entonces en plena decadencia para rehabilitarlo.
Aquí está enterrado César Borgia, príncipe, guerrero, libertino.... en resumen prototipo de hombre renacentista.
Sellamos en la iglesia y luego nos tomamos algo fresco en un bar, en frente de la misma, donde volvemos a ver algunos peregrinos, viejos conocidos ya.
Nuestra meta hoy es Logroño. Cuando lleguemos habremos recorrido casi 28 km.
A la salida de Viana hay un agradable olor. Es olor a galletas, que aquí en Viana hay una fábrica.
En 1959 se instaló la fábrica de galletas Marbú. En 1985 es vendida a Nabisco.
La fábrica sigue funcionando y comercializando su galleta más famosa: La María Dorada.
Pasamos ahora por pequeños huertos de hortalizas.
Hacemos otra paradita delante de la ermita de la Virgen de las Cuevas, patrona de Viana.
Unos kilómetros más y llegamos a la laguna de las Cañas.
Comenzamos a descender y nos encontramos con "la casa de Felisa". Felisa era una señora que durante muchos años invitaba a los exhaustos peregrinos a tomar agua fresca y a sellarles la credencial.
Felisa murió en el 2002, ahora su hija es la que ocupa su lugar atendiendo a los peregrinos.
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Continuamos descendiendo hasta llegar a Logroño. Cruzamos el río Ebro por el puente de piedra, construido en1884, sobre la base del primitivo puente levantado en el siglo XI.
Logroño
Cuando llegamos a Logroño el albergue está completo. Nos dicen que vayamos al polideportivo que lo han habilitado con colchonetas. Allí pasamos la noche.
Mientras tanto por la tarde nos dedicamos a ver la ciudad.
Visitamos la Catedral de Santa María la Redonda.
En la foto de abajo parte del menú del sitio donde comimos.
Después, el gran parque urbano de La Grajera donde muchos logroñeses pasean y hacen deporte.
Pasamos por el embalse del mismo nombre. Hay gente pescando. Nos metemos ahora en una zona de arbolado que nos prodiga una buena sombra. Hacemos otra paradita en la terraza del un bar restaurante y proseguimos la marcha.
Entramos en Navarrete tras una subida. El pueblo está sobre un cerro como tantos pueblos medievales. Tenía un castillo, varias veces arrasado, como consecuencia de las guerras entre navarros y castellanos. Hoy en día no queda rastro de él.
Visitamos la iglesia de la Asunción donde hay obras de restauración en su magnífico retablo.
Hay obras pues están construyendo una autovía.
Llegamos a Ventosa un pequeño pueblo, cuya iglesia se ve muy fotogénica desde lejos. Está dedicada al obispo francés San Saturnino de Tours.
Por Aquí los peregrinos han tenido desde siempre la costumbre de hacer montañitas de piedras (hitos) cuyo significado es que vas soltando el lastre de tu vida anterior.
Las piedras pueden ser traídas desde tu lugar de residencia o bien piedras que vas encontrando en el Camino y te llaman la atención. Después, según la tradición puedes formular un deseo que se cumplirá.
Descendemos hacia el valle del Najerilla. Hay que ir con cuidado pues el camino tiene muchas piedras sueltas. Campos de vides y cereales llenan todo el paisaje, al fondo vemos ya Nájera.
Pero antes, en medio del campo, nos encontramos con una colina. Es el poyo de Roldán.
Cuenta la leyenda que en la cercana Nájera vivía el gigante sirio Ferragut, descendiente de Goliat.
Combatió y venció a los mejores guerreros de Carlomagno, menos a Roldán.
Después de muchos combates estaban tan equilibrados, que hubo de decretarse una tregua al no producirse ningún claro vencedor.
Durante la tregua Roldán y Ferragut hicieron amistad, y Ferragut ingenuo y confiado confesó a su nuevo amigo el secreto de su poder: sólo un punto de su cuerpo era vulnerable, el ombligo.
Al día siguiente durante la comida Roldán provocó una discusión sobre la verdad y el error de sus religiones, lo que les llevó a una nueva pelea.
Entonces Roldán hundio la punta de su lanza en el punto débil que el mismo gigante le había revelado, el ombligo.
Y fue así como Ferragut cayó herido de muerte.
es camino de Santiago.
Millares de peregrinos
y mas de un millar de años.
Peregrino ¿Quién te llama?
¿Que fuerza oculta te atrae?
Ni el campo de las estrellas
ni las grandes catedrales.
No es la bravura navarra,
ni el vino de los riojanos
ni los mariscos gallegos
ni los campos castellanos.
Peregrino ¿Quién te llama?
¿Que fuerza oculta te atrae?
Ni las gentes del Camino
ni las costumbres rurales.
No es la historia y la cultura,
ni el gallo de la Calzada
ni el palacio de Gaudí,
ni el castillo de Ponferrada.
Todo lo veo al pasar,
y es un gozo verlo todo,
más la voz que a mi me llama
la siento mucho más hondo.
La fuerza que a mi me empuja
la fuerza que a mi me atrae,
no sé explicarla ni yo
¡Solo el de arriba lo sabe!
Continuamos adelante, ahora tenemos que cruzar una carretera con mucho tráfico pero por fin llegamos al centro de Nájera donde desayunamos.
Atravesamos el puente sobre el río Najerilla. El río está precioso lleno de florecitas blancas...
Se entra en el Claustro del monasterio por una puerta llamada Puerta de Carlos I.
Podemos observar en ese mismo lugar una cúpula de media naranja con casetones pintados donde puede verse la fecha de su construcción: 1594.
En 1835 con la desamortización de Mendizábal y la expulsión de los monjes se le dió diversos usos: cárcel, almacén, plaza de toros, escuela....
Hasta que en 1889 fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional.
La iglesia fue construida hacia 1422 de estilo gótico tardío y EL Panteón Real se realizó en 1556.
Dentro y al fondo de la iglesia se puede visitar la cueva donde está la imagen de Santa María y donde sucedió la historia o leyenda que contamos más abajo. A los lados de su entrada vemos a Don García y a Doña Estefanía fundadores del monasterio.
Dicen que Don García en el año 1044, sale a cazar por estos pagos. Ve una perdiz; lanza su halcón tras ella y los dos animales entran en una cueva. Él los sigue y al fondo encuentra la imagen de la Virgen. A un lado de ésta, una campana, al otro lado una lámpara y en el centro un ramo de azucenas.
El halcón y la perdiz estaban allí pero con una actitud pacífica, impropia de estos animales.
Después de la visita al monasterio seguimos caminando, ya hace mucho calor, estamos en pleno mediodía.
Cruzamos un monte de pinos que desemboca en campos de cereal y grandes extensiones de viñedos.
Al fondo podemos ver ya la sierra de La Demanda.
A medida que aclara el día se deja ver un paisaje eminentemente agrícola: trigo, viñedos y algunos campos de papas (patatas).
El paisaje hace daño a la vista. Rompe de lleno con el bucólico paisaje que veníamos encontrando. Pero gracias a Dios, lo dejamos atrás para encontrarnos con Cirueña.
En Cirueña desayunamos mientras vemos en la tele uno de los encierros de San Fermín.
Por aquí pasa una carretera que va hacia San Millán de la Cogolla, donde se pueden visitar los monasterios de Suso y Yuso.
En esta ocasión no vamos, pues tendríamos que apartarnos unos kilómetros del Camino.
Continuamos, ahora pasamos ante la iglesia de San Andrés del siglo X.
Millones de espigas hacen que el paisaje parezca un inmenso mar dorado.
Encontramos un pastor con su rebaño de ovejas, las lleva a pastar a un campo recién segado.
Nos cuenta que él, es uno de los últimos pastores que quedan por allí, pero que esa es su vida, desde pequeño no ha hecho otra cosa.
Seguimos caminando siempre hacia el oeste. Siempre adelante.
Después de una recta infinita llegamos a Santo Domingo de la Calzada.
Este bonito pueblo riojano se levanta sobre una amplia llanura al pie de las montañas más altas de la sierra de La Demanda.
En la Edad Media este lugar era un frondoso bosque de encinas al que se retiró el ermitaño Domingo (futuro Santo Domingo de la Calzada).
Éste, con el fin de ayudar a los peregrinos roturó parte del bosque para abrir el camino que condujera a una iglesia, un hospital y un puente que facilitara el paso del río Oja.
A partir de ahí se fue formando un núcleo de población que en la actualidad tiene unos 6500 habitantes.
En la catedral estre otras muchas cosas se puede ver la tumba del Santo y un famoso gallinero compuesto por un gallo y una gallina blancos, que se cambian cada mes. Estos animales nos recuerdan la famosa leyenda del "Milagro del gallo y la gallina".
Cuentan que entre los muchos peregrinos que se dirigían a Compostela y que se detenían en Santo Domingo de la Calzada para venerar las reliquias del Santo, llegó un matrimonio alemán con su hijo Hugonell.
La mesonera de donde se hospedaron se enamoró de el joven. Ante la indiferencia del muchacho decidió vengarse. Para ello metió una copa de plata dentro de su morral.
La muchacha denunció el robo.
El joven fue detenido y condenado a morir ahorcado. La sentencia se cumplió.
Los padres desconsolados y antes de seguir su camino a Santiago fueron a la horca donde aún colgaba el muchacho. Cuando llegaron al lugar oyeron la voz de su hijo que les decía que Santo Domingo le había conservado la vida.
Fueron rápidamente a casa del Corregidor y le contaron el prodigio.
Incrédulo, les contestó que su hijo estaba tan vivo como aquel gallo y aquella gallina que él se disponía a comer.
Al instante el gallo y la gallina saltaron del plato y empezaron a cantar.
Desde entonces se repiten estos versos:
SANTO DOMINGO DE LA CALZADA
DONDE CANTÓ LA GALLINA DESPUÉS DE ASADA.
Salimos de Santo Domingo atravesando el puente sobre el río Oja. Con el estiaje el río apenas lleva agua y hay varias personas cogiendo peces en una pozas que aún quedan en el lecho del río.
Después de haber recorrido unos 7 km llegamos a Grañón el último pueblo de La Rioja.
En unos soportales al lado del ayuntamiento hay un viejito que empieza a conversar con nosotros. Nos pregunta de donde somos y al decirle que de Tenerife (Canarias) nos cuenta que durante la guerra civil había estado en Gran Canaria. Tiene ganas de hablar y le escuchamos durante un buen rato a la vez que descansamos.
Grañón es un pueblo "frontera" entre la Rioja y Burgos y se nota el "pique" con los pueblos vecinos.
Valga de ejemplo esto referido al pueblo cercano de Villamayor del Río.
"Villamayor es el pueblo de las tres mentiras. Porque ni es villa, ni mayor y tampoco tiene río".
Miramos hacia atrás y vemos una bonita estampa de Grañón.
Estamos rodeados por grandes extensiones de trigales y algún que otro campo de girasol. El paisaje es espectacular por el colorido y la sencillez de formas que presenta.
No me canso de decir lo impresionante que es el paisaje.
El siguiente pueblo, Castildelgado, está muy próximo, apenas dos kilómetros.
Lo atravesamos rápidamente, es un pueblo muy pequeño que está empezando a despertar, no vemos a nadie, solo unos perros con sus ladridos nos dan la bienvenida.
Salimos de él por una pequeña bajada, atravesamos un puentecillo sobre un riachuelo y seguimos entre trigales hasta Viloria de Rioja, cuna de Santo Domingo de la Calzada. En su iglesia se puede ver la pila bautismal donde fue bautizado el Santo.
Las espigas de trigo ya están a punto para ser recolectadas y vemos algunos tractores con remolque cargados con el grano recién cogido.
Las casas del pueblo están llenas de flores y muchas de ellas tienen parrales encaramados a sus fachadas.
Con lo primero que nos encontramos al llegar a este pueblo es con un hombre que saca a sus ovejas a pastar.
Pasamos ante la ermita de Nuestra Señora de Belén, que fue un antiguo hospital de peregrinos.
Cruzamos una pasarela de madera paralela a un puente con mucho tráfico sobre el río Tirón, afluente del Ebro.
Bueno pero volvamos al camino que nos ocupa ahora.
Llegamos a Tosantos, a lo lejos vemos la famosa ermita de la Virgen de la Peña, excavada en la roca.
Unos quinientos metros más y llegamos a Villafranca Montes de Oca.
Cerca de aquí estuvo la antigua sede episcopal de Auca (Oca) arrasada por los musulmanes.
En 1075, Alfonso VI Construyó la actual Villafranca al pie del Camino de Santiago.
Destaca su iglesia de Santiago recientemente restaurada.
Después de pernoctar en Villafranca, madrugamos. Todavía está oscuro cuando empezamos a andar. Los Montes de Oca nos brindan un espectacular amanecer.
Los Montes de Oca eran temidos en épocas pasadas porque en ellos se refugiaban malhechores que asaltaban a los peregrinos.
También los lobos habitaban estos lugares, así es, que la mayoría de los caminantes no se aventuraban a pasarlos solos y en Villafranca se solían reunir para atravesarlos en compañía y ser menos vulnerables a los ataques de animales y maleantes.
El bosque actual es el resultado de repoblaciones, pero también hay reductos de gran valor ecológico, con importantes robledales.
En un claro del bosque se encuentra San Juan de Ortega uno de los puntos culminantes del Camino de Santiago. Este lugar estuvo favorecido por reyes y eclesiásticos que querían proteger a los peregrinos de los peligros que les acechaban a su paso por estos montes.
Este lugar fue el retiro de San Juan de Ortega a su regreso de Palestina. Cuentan que mientras él levantaba los muros, los bandidos los destruían una y otra vez, el eremita acabó la obra, protegido por Doña Urraca y Alfonso VII.
En la Iglesia de San Juan de Ortega existe un capitel, el de la Anunciación, que es alumbrado por un rayo de luz de sol en los equinoccios de primavera y otoño.
Es el milagro de la luz. Cada 21 de marzo y 22 de septiembre, un rayo de sol del atardecer entra por la ojiva de la fachada e ilumina el capitel de la izquierda del ábside, donde está la escena de la Anunciación. Luego se dirige al Nacimiento y por último en la Adoración de los Magos,
El efecto apenas dura 10 minutos, suficientes para que los asistentes sientan una emoción muy especial.
Después de visitar la iglesia y bajar con una linterna a la cripta, ya que la oscuridad era absoluta pasamos por el pequeño bar donde nos tomamos algo fresco y recordamos que la otra vez cuando hicimos El Camino llegamos aquí casi congelados y nos repusimos tomando algo caliente al lado de la chimenea.
Después de este descanso seguimos caminando. Una vez que salimos de San Juan de Ortega continuamos entre bosques de pinos y encinas. Poco a poco se van viendo algunos claros, hasta llegar a una zona de dehesas en las que predominan amplias y llanas zonas de hierba y alguna que otra gran encina desparramada, bajo las que pastan tranquilamente, algunas reses.
A lo lejos y al fondo vemos ya el pintoresco pueblecito de Agés.
Una vez que nos acercamos vemos que está muy cuidado. Hay en él tres albergues pero nosotros queremos llegar hasta Atapuerca. Eso si, hacemos un descanso en un parque donde bebemos agua fresca de una fuente y observamos la bonita arquitectura tradicional del lugar. Frente a nosotros hay una señal que indica los km que faltan hasta Santiago. Exactamente 518.
Agés está muy animado, se nota que es verano.
A poco de salir nos encontramos con un puente de un solo ojo, atribuido a San Juan de Ortega, sobre el río Vena.
Caminamos de nuevo por llanos de cereal. El camino transcurre ahora por una carretera secundaria que une estos pueblos. Casi pisamos una pequeña serpiente que está toda destripada en un lado de la misma.
Estos lugares tienen mucha historia y a mi me encantan.
Antes de entrar en Atapuerca nos encontramos con un menhir conmemorativo de la batalla que tuvo lugar en este mismo lugar en 1054 entre el rey de Castilla y León, Fernando I, y el de Navarra, Don García, que se saldó con la muerte de este último.
Al otro lado del camino hay un cartel que nos informa de los yacimientos prehistóricos de Atapuerca.
Ya estamos cerca del pueblo. No de los yacimientos que están unos kilómetros alejados del mismo.
Llegamos a Atapuerca demasiado temprano y tenemos que esperar a que abran el albergue.
Este albergue es privado y hace poco tiempo que está abierto. Pulcro y bien cuidado tanto los baños como las habitaciones. Nosotros nos quedamos en una con cuatro literas, unas inglesas y una coreana fueron nuestras compañeras esa noche.
Recorremos el pueblo. Un perro pastor nos da la bienvenida.
Visitamos la iglesia de Santa Águeda que según cuentan, fue aquí donde el Cid Campeador hizo jurar al rey Alfonso VI que no había tenido nada que ver en la muerte de su hermano Sancho. Y que después de esto, el rey despechado, destierra al Cid.
Es la famosa "Jura de Santa Gadea"
"Del poema del Mío Cid"
"...En Santa Gadea de Burgos
do juran los hijosdalgo,
allí toma juramento
el Cid al rey castellano,
sobre un cerrojo de hierro
y una ballesta de palo.
Las juras eran tan recias
que al buen rey ponen espanto..."
Aquí en el pueblo de Atapuerca hay una oficina de información de los Yacimientos (ubicada en la antigua escuela). Desde donde parten unas guaguas (autobuses) varias veces al día para hacer unas visitas guiadas a los famosos yacimientos arqueológicos.
Nos apuntamos para subir por la tarde. En estos yacimientos se encuentran los restos de los homínidos más antiguos de Europa, que han dado lugar a la denominación de una nueva especie, el Homo antecesor.
En el albergue nos encontramos de nuevo a una pareja de peregrinos de Tenerife que ya habíamos visto anteriormente. Después de hablar un buen rato nos fuimos a la cama.
Al día siguiente de nuevo en camino.
Salimos de Atapuerca. Tras una ligera pendiente muy pedregosa y cubierta de monte bajo, llegamos a una gran cruz de madera con la base formada por miles de piedras depositadas por los peregrinos. Cerca de aquí hay un vértice geodésico y unos círculos concéntricos hechos con piedras.
Unos pasos más y como si de un gran mirador se tratara vemos en la lejanía a la ciudad de Burgos. Más cerca de nosostros una gran cantera.
Descendemos. Tenemos hambre. Aún no hemos desayunado. El tiempo está nublado y empiezan a caer algunas gotas, pero nada que ver con la otra vez que pasamos por aquí, había llovido tanto que el camino estaba convertido en un barrizal. De tramo en tramo teníamos que pararnos a quitarnos el barro de los zapatos, era tanto el que se iba acumulando que era imposible andar. Eso sí, íbamos partidos de la risa, el espectáculo no era para menos.
En un pequeño bar de Cardeñuela de Riopico desayunamos junto a otros peregrinos que habían salido también de Atapuerca.
Después de haber repuesto fuerzas y ya con más energía, continuamos nuestro camino.
Atravesamos Orbaneja y llegamos a una doble señalización que nos indica dos caminos para llegar a Burgos ¿cuál tomar? podemos coger el que va por Villafría o bien el de la izquierda por Castañares. Cogemos el primero. Pero creo que no acertamos. Más adelante nos encontramos con unas obras en la carretera, está todo muy mal señalizado, tenemos que dar un rodeo extra por tierras sorribadas, pero por fin salimos de allí. Todavía nos queda por recorrer una gran zona industrial, un polígono enorme a la entrada de Burgos.
Para terminar esta etapa lo único que nos faltaba era el gran chaparrón que nos cayó llegando a Burgos. Nos resguardamos bajo la puerta de Santa María en frente de la catedral, mientras observábamos como a través de las gárgolas escurría gran cantidad de agua de los tejados de la misma.
Por la tarde el tiempo escampó y pudimos salir a visitar la ciudad: La Catedral, el paseo junto al río Arlanzón...
Ya por la mañana, continuamos nuevamente el Camino. Una vez dejada atrás la ciudad de Burgos nos encontramos un paisaje mixto, unas veces campo, otras, alguna casa dispersa.
El Camino está por aquí un poco cambiado. En la anterior ocasión, pasaba justo por el pueblo de Villalbilla, ahora con las obras de la autovía se pasa cerca, pero no hay que entrar al pueblo, a no ser que decidas poner el final de etapa aquí y te desvíes, que no es nuestro caso. Tal vez cuando las obras terminen vuelvan a cambiarlo y esto sea sólo un desvío provisional.
Cruzamos bajo el puente de la autovía y nos encontramos con un pequeño regato, bonito a la vista pero con muy mal olor.
Unos kilómetros más y llegamos a Tardajos. Hacemos una paradita en un bar que está en la entrada. Luego seguimos. Pasamos por una plaza con unos jardines muy cuidados, justo enfrente de la misma hay una fuente con abundante agua.
Dos kilómetros más y tras atravesar un puente sobre el río Urbel, empezamos a ver las primeras casas del siguiente pueblo, Rabé de las Calzadas.
En estos pueblos, como están relativamente cerca de Burgos, han hecho multitud de casas nuevas. "Vivir en el campo y trabajar en la ciudad".
Cuando llegamos a la altura de la plaza nos encontramos con una grata sorpresa: una monjita, ya anciana, estaba esperando con toda la ilusión del mundo, a los peregrinos, para entregarles una medallita de la Virgen Milagrosa. Fue algo inesperado y muy bonito... . Las nuestras las tenemos guardadas como se suele decir: "como oro en paño". ¡Cosas del Camino!.
Ahora sí, después de dejar atrás Rabé de las Calzadas tenemos por delante unos 8 km de soledades, en medio de extensos campos de cereal. Estamos atravesando las inmensas llanuras castellanas. Un paisaje que me impresiona y me apasiona por su austeridad.
El terreno por aquí no es exactamente llano aunque casi lo parece, las subidas y bajadas son muy suaves pero cuando llevas muchos kilómetros andando las notas.... y mucho.
El siguiente pueblo es Hornillos del Camino. Llegados a un punto se abre ante tí una extensa depresión con el pueblo al centro. Las fotos que saqué no hacen justicia al bonito paisaje que contemplé. ¡Había tanta armonía!.
El laaargo camino ante mí, bordeado por enormes trigales. A la mitad de este fantástico cuadro, Hornillos, que parecía casi un oasis en medio del desierto, pero aquí la arena se tornó en trigo.
Más al fondo las pequeñas elevaciones de las montañas. Ahhh y no olvidemos el cielo. Ese cielo castellano, que siempre, tanto me ha llamado la atención.
A la entrada de Hornillos de Camino encontramos a otro pastor con su rebaño de ovejas y algunos perros. Charlamos un ratito con él. Luego caminamos un poco más y hacemos un descanso en el pueblo. Sentados fuera del único bar, nos bebemos unas fresquísimas cervezas.
El terreno es bastante pedregoso. Pequeñas montañas le quitan esa monotonía, que a mí tanto me gusta, al paisaje. Pero aún así, las llanuras de trigo siguen siendo las protagonistas.
Unos 6 km hay desde Hornillos hasta Arroyo San Bol.
Arroyo San Bol no es un pueblo, ni siquiera una aldea. Es simplemente un albergue con muy pocos servicios.
Cuentan que en este lugar hubo un pueblo, cuya población lo abandonó inesperadamente, se cree que debido a una epidemia allá por el año 1503. Hoy sólo queda el albergue construido sobre las ruinas del Monasterio de San Baudilio.
Desde aquí hasta Hontanas , donde pensamos quedarnos hay unos 5 km.
Castilla tien un clima continental, que hace que los veranos sean calurosos y los inviernos muy fríos.
Vamos con la lengua fuera.... son las horas centrales del día y el calor está apretando duro...
Además no hay sombra.
Pero a pesar de todo sigo disfrutando de este paisaje.
No me canso de fotografiar estos lugares....
Da la sensación de que Hontanas no llega nunca. Hemos recorrido cerca de 30 km y ni siquiera se ve el pueblo a lo lejos.
Pero de repente nos encontramos con una muy grata sorpresa. Ante nosotros hay una hondonada y allí está Hontanas, casi parece que estuviera jugando al escondite. Desde luego está muy bien reguardada.
El nombre de Hontanas viene de Fontanas (fuentes). Este pueblo burgalés es rico en manantiales.
Abajo un habitante de Hontanas que estaba estrenando zapatos....
Por la tarde salimos a pasear.
Nos encontramos con dos peregrinos de Zaragoza (con los que habíamos coincidido anteriormente) y con un señor del pueblo que se llama Ireneo. Este hombre nos invita a todos a su bodega. Es una cueva pequeña en la parte más alta del pueblo. Allí pasamos un rato muy agradable. Luego a dormir, ya que tenemos que madrugar....
Después de desayunar en el albergue iniciamos la marcha.
Dejamos atrás al todavía dormido pueblo de Hontanas. Atravesamos una carretera local y empezamos a caminar por una estrecha vereda.
Lo más significativo que encontramos a nuestro paso es un torreón semiderruido, vigilante y superviviente de épocas pasadas. Nos paramos a hacer algunas fotos y nos adelantan algunos peregrinos conocidos ya y que habían compartido albergue con nosotros la noche anterior.
Caminamos por la vereda que un poco más adelante va a desembocar en la carretera local que ya atravesamos anteriormente al salir de Hontanas.
Hay por aquí algunas máquinas segando.
Más adelante nos encontramos con dos mujeres que están recolectando hierbas. Hablamos un poco con ellas pero nosotros nos detenemos en las ruinas de San Antón, para sacar algunas fotos y disfrutar de este sitio tan emblemático del Camino.
Diseño realizado por José Antonio Peñas Artero y cedido por la revista Muy Interesante.
Seguirá.....................
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