Llegó de nuevo el ansiado verano y con él, las vacaciones. Y en las vacaciones como no podía faltar, un Camino.
Estamos convencidos de que como mejor se conocen los lugares es andando, pisando su tierra, sintiendo los olores y sabores, disfrutando de sus gentes.
Tienes una sensación de libertad, de peregrino.....
Así que a preparar las mochilas y a comenzar muestra aventura. Esta vez por tierras portuguesas y gallegas.
Llegamos a Oporto, una ciudad preciosa, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Dedicamos casi un día entero a recorrerla, me sorprende la cantidad de iglesias que tiene. Los portugueses son bastante religiosos, a lo largo del Camino no dejaremos de encontrar iglesias y pequeñas capillas.
Visitamos la catedral donde pedimos "La Credencial" que iremos sellando en albergues o iglesias para luego poder solicitar "La Compostela" cuando lleguemos a Santiago.
Delante de la catedral hay una gran plaza "el Terreiro da Sé" desde la que contemplamos una preciosa vista de la ciudad con el Duero al fondo.
En un lado de la plaza se encuentra una Picota de estilo manuelino.
(para el que no lo sepa, una picota es donde se ajusticiaba a los malhechores).
Visitamos, el famoso puente de Luis l sobre el Duero. Este puente fue construido en 1886, por el arquitecto Seyrig, uno de los ayudantes de Eiffel, y tiene 172 metros de largo.
Bueno, pues después de pasear por la ciudad, subirnos en su famoso Metro (inaugurado en 2003), tapear en las terrazas de la ribera del río (aquí los precios se suben un poco, pero en general, comer en Portugal es bastante barato), nos fuimos a descansar pues a partir de ahora tenemos que madrugar. Nos quedamos en el Hotel Pao de Açucar muy cerca de la Plaza de la Libertad. El Camino Portugués no tiene muchos albergues.
Por la mañana, nos habían dicho en la oficina de turismo, que muchos peregrinos cogían el Metro para salir de la ciudad y alrededores. Oporto tiene un extrarradio larguísimo y el camino transcurre por carreteras con mucho tráfico, algunas sin arcén o aceras.
Nosotros descartamos esta opción. Fuimos a andar y eso haremos. Por sitios mejores, más malos, con calor, lluvia, viento o todo lo que se presente. Ahora somos PEREGRINOS.
Era verdad, la salida de Oporto se hizo interminable. Los pueblos de los alrededores han crecido tanto que ahora son parte de la ciudad. Así que estuvimos andando muchísimos kilómetros entre casas , coches, polígonos industriales....
Seguirá...............
miércoles, 29 de julio de 2009
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Me gusta tu blog, es muy ameno. Saludos Patricia.
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