Aquí dejo una poesia de nuestro buen amigo Eduardo Trinchant. Ojalá todos quisieran a las islas como él.
LA CASA
Derribaron los cimientos
de la casa lagunera donde nací.
Sus raíces eran de la tierra,
se cerraron sobre sí mismas
cóncavas de la avaricia.
En la memoria, los boliches,
la sala de la pianola,
los libros del abuelo,
la piedra de lavar,
la destiladera de agua transparente
y la azotea donde fui vigía del mar
respirando el alisio.
Mientras, las islas inmersas
en el océano del aire me acercan
al jardín, umbral de mi cobijo,
el lugar de la luz y el limonero,
de la palmera de acogedores brazos,
del sabor a níspero y a albaricoque.
El recuerdo, quieto, permanece
en un éxtasis de sueño desnudo
que vence la sombra de la distancia.
Es ya la edad del otoño,
la de las rosas marchitas.
Eduardo Trinchant
Destiladera (Piedra estila)
lunes, 24 de agosto de 2009
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Hola Dácil:
ResponderEliminarHe visitado tu blog, aunque conocía tus fotos de Panoramio desde hace tiempo y me ha interesado, por lo que he decidido agregarte a mi lista de blogs.
Saludos.