Ayer, 12 de junio, víspera de San Antonio, se hicieron como es tradicional, las hogueras. No hubo muchas porque como casi todas las tradiciones se van perdiendo (mucha gente la hace sólo por San Juan). Pero a nosostros nos gusta conservarlas y procuramos hacerlas todas, es decir, la de San Antonio, San Juan y San Pedro.
Esto nos cuenta Tomás Cruz y García en su libro: "Breves apuntes históricos de Güímar" Tenerife, 1940. Refiriéndose en este caso a las hogueras de San Juan:
La fiesta comienza en el atardecer del día precedente, con la quema de
las tradicionales hogueras. Quien no haya presenciado el espectáculo
dificilmente podrá hacerse idea de su grandiosidad. El valle de Güímar, forma como una especie de gran herradura abierta hacia el mar. Desde
los extremos de esa herradura, suben hacia el Poniente unas altas
laderas que se cierran al fondo, sobre una altura de dos mil metros,
quedando la Villa en el centro de ese gran semicírculo. Al
anochecer del 23 de junio, casi a un tiempo se encienden, tanto en las
más altas cimas circundantes como en las plazas, calles del pueblo,
millares de enormes hogueras, que dan al extenso Valle fantástico y
grandioso aspecto, que sobrecoge e impresiona vivamente al curioso
espectador, contribuyendo con eficacia a realzar el singular instante
el disparo de millares de voladores y el estridente sonido de las
caracolas o “bucios” (…)
Ayer, el día estuvo muy ventoso y casi pensamos que no la
íbamos a poder encender, pero ya por la tarde el viento empezó a
amainar, por lo que decidimos hacerla. No asamos papas, eso lo dejamos
para el día de San Juan, pero lo pasamos muy bien; No siempre se está en
el campo de noche acompañado por las estrellas, el silencio a veces
roto por el sonido de algunas aves nocturnas, la familia y.... una gran
hoguera.