La ermita de San José, se encuentra aislada en medio del campo, más o menos a un kilómetro del centro urbano de San José de Los Llanos. El lugar es bucólico a más no poder. Rodeada de huertas algunas de ellas abandonadas y muchas veces, como hoy, envuelta entre la niebla.
La ermita se construyó en el siglo XVIII y en ella se impartía culto para los vecinos de los alrededores, hasta que se edificó la nueva iglesia en la misma localidad de San José de Los Llanos.
Estuvo abandonada hasta la década de los ochenta del siglo pasado, que fue cuando se restauró.
Conserva de antiguo parte de sus muros, la espadaña de dos huecos y el arco de cantería.
La cubierta es de teja árabe a cuatro aguas y tiene una plaza empedrada, situada en su parte delantera.
También cuenta con un patio orientado al oeste con dos poyos corridos a ambos lados.
Ermitas como ésta ubicadas en lugares solitarios, siempre me han llamado la atención. El lugar en sí, transmite paz y sosiego. Puede ser, que como en otros tantos lugares de España y del mundo se utilizara el mismo lugar que era sagrado para pueblos anteriores, en este caso, los guanches.