Queríamos ir a la costa y hacia allí nos dirigimos pasando por Castelo Branco y Coimbra.
De momento el tiempo nos fue dando una tregua.
Llegamos a Aveiro. A Aveiro y su ría.
Esta ciudad es conocida por "La Venecia portuguesa" por los canales que surcan la ciudad antigua. En ellos se pueden ver "los mouliceiros" embarcaciones típicas que los recorren desde hace siglos.
Comemos en un restaurante de la ciudad vieja. Al salir nos encontramos con una colorida y bulliciosa cabalgata de carnaval que recorría las calles de la ciudad.
De nuevo en el coche recorremos los 12 km que separan Aveiro de la playa de Costa Nova do Prado.
Queremos ver el mar, el Océano Atlántico. Como buenos isleños lo estamos echando ya de menos.
A diferencia de Tenerife que se ve el mar de casi todas partes, aquí al ser las tierras muy llanas lo ves casi cuando lo tienes encima, pero se nota la humedad, el salitre....
Cruzamos un puente sobre la ría dejando atrás el puerto y llegamos a la playa. El día estaba buenísimo aunque algo fresco.
Estas playas son auténticos arenales con pequeñas dunas.
Por otras partes de la playa la arena es más gruesa porque está formada por trocitos de conchas que también las encontramos en cantidad sobre la arena.
La mar tiene un fuerte oleaje pero aún así hay un hombre pescando en un pequeño espigón que hay en la playa. Tiene dos cañas clavadas en el suelo y está muy atento a las olas ya que a veces tiene que emprender la retirada.
A lo lejos vemos el faro de Barra o farol como dicen los portugueses y nos acercamos hasta allí.
El faro de Barra es el más alto de Portugal y el tercero del mundo. Se construyó en 1893 después de haber ocurrido numerosos naufragios en los alrededores.
Al día siguiente visitamos Costa Nova. Famosa por sus bonitas casas pintadas de rayas de colores vivos (palheiros), formando un paisaje totalmente naif.
Sí, sí un bonito lugar....
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