domingo, 25 de abril de 2010

Por el Camino Real. De la Medida a Güímar

El que haya visitado mi blog, se habrá dado cuenta de que me gusta caminar.
Hace unos días fuimos hasta La Medida, localidad güimarera en la comarca de Agache, donde empezamos nuestra caminata.
Este no es un itinerario muy largo pero para una tarde, está muy bien.



Partimos de la plaza de La Medida. Este caserío está compuesto en su mayoría por viviendas dispersas, muchas de ellas abandonadas. Aunque en la actualidad se están recuperando muchas de ellas.
Es una zona buena para la agricultura pues el terreno es de zahorra, lo cual hace que se conserve muy bien la humedad. Aquí suele soplar con frecuencia el viento aunque hoy el día esta estupendo.



Esta caminata no transcurre toda por el Camino Real ya que muchos tramos han desaparecido o han sido engullidos por la carretera. Pero como el tráfico no es mucho, se puede caminar con comodidad.
Muy cerca de aquí hay otro caserío, Pájara. En realidad lo sabemos por la señal que lo indica, ya que las casas están tan desparramadas que se diría que estamos todavía en La Medida.








Por estos lugares hay gran cantidad de cuevas, el terreno es idóneo para ello. Algunas las cavaron aprovechando los cortes y desmontes que se hicieron para la construcción de la carretera.









La carretera de la que estamos hablando es la TF 28, digamos que es la que suplantó al antiguo camino. Con ella se abrieron nuevas espectativas para el sur de la isla.
Antiguamente, era preferible, en algunas ocasiones, desplazarse por mar antes que sortear la multitud de barrancos que conforman la orografía de la isla.
En el sur habían pequeños puertos de cabotaje, como el de El Porís de Abona, El Médano o Los Cristianos.



Un poco más y llegamos a La ladera: verde y llena de vegetación, fruto de las copiosas lluvias caídas meses atrás.







Desde aquí podemos contemplar todo el Valle de Güímar.
Años atrás seguramente la vista que se nos ofrecía era mucho más bonita, pero en la actualidad con tanta casa, invernaderos, los grandes socavones en los barrancos producto de la extracción de áridos, el polígono, etc... hacen que la panorámica desde aquí no sea nada especial.









Aprovecho para decir que Canarias, sobre todo las islas mayores tienen una densidad de población de las mayores del mundo (densidad de población: es el resultado de dividir los kilómetros cuadrados que tiene un territorio entre el número de habitantes que hay en él).
En territorios tan reducidos y como base de la economía el "monocultivo" del sector turístico, con el abandono casi general del sector primario: agricultura (no hay agua para regar las papas pero si para los campos de golf), ganadería (¿donde ponemos la granja, si la isla está urbanizada por todos lados y el resto del territorio protegido?), la pesca (cuando las aguas entre islas ni siquiera nos pertenecen y mucho menos el banco canario-sahariano)....
Casi me da la impresión de que hemos estado viviendo una fantasía, como si la abundancia en la que vivíamos no tuviera fin .... se han hecho muchas cosas mal y ahora, ya veremos lo que pasa.....
Bueno, seguimos caminando. Ahora sí, por el camino real que por cierto, por aquí, está bastante bien conservado.
Por este camino transitaban en su tiempo hasta carros, por lo tanto es bastante ancho. Ahora mismo está con falta de limpiar ya que la maleza se ha ido apoderando de él, de hecho por algunos sitios solo queda una estrecha vereda.





La primera parte del camino que desciende por esta cara de la ladera tiene una pendiente suave. Llegados a un punto, se cruza la carretera general, para unos metros más arriba, continuar el descenso, ahora si, un poco más pronunciado, para llegar después al fondo del valle.





Cuando yo era pequeña creía que el valle era una llanura bordeada por dos alturas que se elevaban a los lados. Pero en realidad como su nombre indica, un valle es una depresión, los dos grandes murallones son como las paredes de un tremendo barranco y nosostros estamos en el fondo, lo que es la imaginación infantil.







Ahora el andar es mas suave pues practicamente el terreno es llano. Hay muchas fincas que años atrás estaban plantadas de frutales, sobre todo de aguacateros (todavía se conservan algunos troncos) la mayoría hoy abandonadas.
La vista de la cumbre con Izaña y el Pico Cho Marcial o del Valle, estaba espectacular.



Así, camina que te camina, llegamos a las primeras casas del barrio güimarero de Guaza.
Más adelante ya en la plaza de San Pedro, hacemos una paradita en la Tasca de Tara, donde nos tomamos unas cervecitas y unos montaditos de jamón.



Y colorín colorado.....

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