El Rincón es un pequeño reducto costero del Valle de La Orotava en el que todavía se pueden ver fincas de plataneras. Este espacio se libró de la especulación inmobiliaria y turística por los pelos. Años atrás hubo movilizaciones en su defensa y hoy en día se puede ver un trocito de valle como era décadas atrás.
Caminando entre las plataneras de El Rincón llegamos a la playa de El Bollullo.
Esta playa se ha formado por la erosión causada por la fuerza de las olas al chocar contra los acantilados.
Para acceder hasta ella hay que tomar una vereda primeramente.
Luego llegados a un punto se baja por una escalera hecha de cemento. A mitad de la misma hay una pequeña capilla y una cueva. Ante ella, como una cascada, las ramas de unos tarajales hacen de cortina natural.
Desde aquí vemos también a nuestra izquierda el Puerto de la Cruz y como la tarde está tranquila hay algún que otro parapente.
La playa es de arena negra finísima y como todas las playas del norte, suelen tener bastante oleaje y mar de fondo. Así que a la hora de bañarse hay que tener mucho cuidado.
Ya en la playa se tiene una sensación muy especial. Detrás y a los lados, tenemos la pared natural del acantilado. Ante nosostros el mar....
Pasamos un buen rato observando el ir y venir de las olas, la fuerza con que batían en los roques que han quedado como ejemplo de donde llegaba hace miles de años la costa, o el contraste de la blanca espuma sobre la arena negra....
Mientras tanto la tarde va cayendo y poco a poco, todo va cambiando de color. No tenemos prisa y observamos con calma el espéctaculo de la puesta de sol.
Casi oscuro retomamos el camino de vuelta hacia el coche. Ha sido una tarde muy agradable.