Hace unos años se plantaron palmeras, césped y otras plantas, que crecieron rápidamente, haciendo agradable este lugar aunque prácticamente solo fuera un lugar de paso.
Un día, desconozco el motivo, se dejo de regar. El césped fue el primero en morir. Después le siguieron otras plantas y numerosas palmeras de un tamaño considerable, que supongo que en su momento costarían un buen desembolso de dinero.
Desde que estaban haciendo estos jardines pensé que el césped no era lo más idóneo para este sitio seco y ventoso. No hubiera estado nada mal hacerlos con plantas autóctonas como tabaibas, balos o nuestra palmera canaria. De hecho al otro lado de la autopista hay plantadas gran cantidad de ellas y aunque tampoco reciben muchos cuidados van saliendo adelante.
No sé de quien serán las competencias si del Ayuntamiento, del Cabildo o de otra Institución, en realidad no me interesa. Sólo quiero que la gente en general en cualquier trabajo o cargo sea más responsable y tenga un poco más de sensibilidad. ¿Es mucho pedir?
Muy cerca de este lugar, está la Montaña de Güímar, a la que suelo acudir muy a menudo a caminar.
Hace unos días nos encontramos con la desagradable sorpresa de un montón de maderas y escombros que habían tirando en uno de los lados de la Montaña, espero que pronto los retiren de allí.
Desde luego que no defiendo a la gente que hace esto. Pero si que se deberían habilitar lugares para arrojar estos materiales, seguro que la mayoría acudiría a ellos.
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