viernes, 14 de septiembre de 2012

Santa María de Eunate. Navarra

La iglesia de Santa María de Eunate se encuentra a unos 30 km al sudoeste de Pamplona en el término municipal de Muruzábal.
Construida en pleno Camino de Santiago Aragonés aunque muy cerca de Puente la Reina donde se junta este Camino con el Francés, procedente de Roncesvalles. Así es que muchísimos peregrinos cuando llegan a Muruzábal se desvían unos pocos kilómetros y visitan Eunate.


La iglesia es una maravilla. Se halla situada en medio de campos que a veces se siembran de girasoles y otras de millo (maíz).



De estilo románico y planta octogonal nos hace pensar que fue templaria ya que en la Europa del siglo XII, fecha de su construcción, esta característica era típica de la Orden. Estudios hechos recientemente la relacionan también por algunas marcas de canteros usadas por el Temple.




Rodeando a la ermita hay una galería porticada por la que según dicen se dan tres vueltas (alrededor del templo) descalzo para seguidamente entrar en él y colocarse bajo la clave de la bóveda y empaparse de energía.



Eunate no tiene torre pero si posee una escalera que se sitúa en el lado sur dentro de un prisma adosado a la pared que serviría para acceder al tejado y encender un lucernario que probablemente existíría. Esta luz-faro serviría para avisar de su ubicación a los peregrinos.



La ermita tiene dos portadas, una por la que se accede normalmente, muy sencilla.


Y la portada norte mucho más trabajada compuesta por cuatro arquivoltas que descansan en jambas lisas y columnas cilíndricas rematadas en capiteles con cabezas humanas y motivos vegetales.






El exterior del ábside está compuesto por cinco paños murales delimitados por columnas. En el centro de cada uno de los lienzos absidiales, hay un ventanal de medio punto.




Sosteniendo la cornisa y en cada lienzo hay un conjunto de tres canecillos que reproducen cabezas monstruosas.






Ya en el interior destaca la bóveda sustentada por los nervios que parten desde los ángulos del octógono. Entre las nervaduras unos pequeños lucillos octogonales dejan pasar la luz del exterior.




Santa María de Eunate un lugar con mucha leyenda, mágico.


Abajo, más imágenes de Eunate.