lunes, 2 de enero de 2012

Sendero: Ifonche - Montaña Carrasco

Como todos los años, el día de Año Nuevo solemos hacer un pateo, eso sí, no muy largo para no tener que madrugar demasiado después de la noche de "Fin de Año".
Esta vez nos fuimos hasta Ifonche donde al final de la carretera asfaltada dejamos el coche para caminar por los alrededores.
El camino es fácil de andar en un principio, sin apenas subidas y bajadas. Los pinos nos acompañarán gran parte del recorrido. Observamos como algunas fincas, hoy abandonadas van siendo colonizadas, poco a poco, por el pinar.



El camino pasa delante de la Casa de Benítez que aparentemente está en buen estado. Un poco más abajo, la era.





Desde allí vemos ya la cabecera del Barranco del Infierno de hecho estamos prácticamente encima de la ladera norte del mismo.



Seguimos caminando hasta llegar a un punto en el que es imposible seguir, seguramente nos hemos despistado y no hemos visto el sendero correcto, así que tenemos que retroceder. Eso sí, antes, nos detenemos un rato a observar el paisaje.





Abajo Montaña Carrasco





Volvemos sobre nuestros pasos hasta encontrar la entrada, que se nos ocultaba entre tanto matorral, al no ser, hoy en día, muy transitados estos lugares.



Este camino desciende por la pared del barranco y aunque se ha convertido en la actualidad, en una estrecha senda se ve que no era difícil de andar.



Un poco más y llegamos a un pequeño llano de tosca de color canelo (marrón claro).



Ya estamos muy cerca de El Lancito donde nos encontramos una era. Es la era de Las Tosquitas que está excavada en la roca.



Y estamos también en la misma base de la Montaña Carrasco. Ahora lo que toca es subirla.







Trepando ladera arriba, llegamos a su cima, una pequeña meseta alargada que nos ofrece una inmejorable vista panorámica de toda la zona.





Estos pequeños higos picos (no sé el nombre exactamente aunque creo que son originarios de México) tentaron a nuestro paladar, los probamos y....¡Madre mía!, parecíamos vampiros después de darse un festín.



Bueno, bromas aparte, el lugar es impresionante, la montaña con sus 1031 metros de altitud nos hace sentir incluso a más altura ya que a nuestros pies tenemos la enorme hendidura del Barranco del Infierno. El lugar me pareció fascinante, mágico.













Después de digerir este maravilloso paisaje nos comemos unos bocadillos, unas naranjas y unas nueces que nos supieron a gloria e iniciamos la bajada.
Sobre nuestros pasos, de nuevo, regresamos al lugar de partida, dando por finalizada la primera caminata del año.

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