En el pueblo se conservan todavía, algunas casas de arquitectura popular, como la que se puede ver en la foto de abajo, con el tejado a dos aguas.
Muchos de sus habitantes se dedican a la agricultura, por lo menos de una manera parcial. Hay muchas huertas plantadas de papas y viñas principalmente, también hay muchísimos frutales.
Una vez se sale del pueblo seguimos por una vereda que atraviesa un barranco con mucha vegetación. De hecho tenemos el Monte del Agua al lado.
Después de unos dos kilómetros, nos encontramos con un canal, que lleva abundante agua.
Este agua es tanta la cantidad de cal que tiene que la intentaron entubar y no sirvió de nada pues se depositaba en los tubos obstruyendo el paso del agua. El canal tiene un mantenimiento constante, para evitar que la cal se acumule en sus paredes. Por eso podemos observar a los lados trozos de piedras calizas que han sido extraídas de su interior al igual que tuberías rotas recubiertas con la cal.
El sendero sigue al lado del canal hasta llegar al Lomo Morín. Tenemos una vista de la Tierra del Trigo que ya ha quedado atrás y una panorámica de la Isla Baja. Estamos en un espléndido mirador sobre los acantilados.
Llegados a un punto se acaba el sendero y.... ¡se acaba el canal!
Sí, se acaba el canal y el agua cae ladera abajo formando una impresionante cascada.
Según nos cuentan, para que a lo largo del recorrido vaya perdiendo parte de la caliza.
En un tiempo la cascada debería haber llevado más agua o cambiaron el recorrido de la misma. Digo esto porque al lado, se ven unas formaciones del terreno muy curiosas (no nos olvidemos que el agua lleva mucha cal).
Después de estar un rato contemplando este insólito paisaje, seguimos caminando hasta el borde del acantilado desde donde podemos ver un amplio panorama.
Otras fotos del recorrido:
Tierra del Trigo desde el sendero
Un petirrojo
Los barrancos y el monte
Algunas plantas más:
