Aprovechando el fin de semana hemos subido al Teide con un único fin: ver los tajinastes floridos.
El día amaneció con algunas nubes dispersas, pero a medida que ascendíamos, el cielo se fue quedando de un color azul intenso y las nubes las fuimos dejando atrás, a nuestros pies, formado un bonito mar de nubes.
Después de atravesar los pinares, de pinos canarios (pinus canariensis) y pasar por La Crucita, encrucijada de antiguos caminos, que subían desde el Valle de La Orotava y bajaban al lado sur, al valle de Güímar, o viceversa; paso muy concurrido en otros tiempos y que ha quedado ahora casi exclusivamente, como sendero de los romeros que van a Candelaria o un itinerario más para andarines y amantes de la naturaleza.
Pues llegados a este punto, la vegetación cambia, es ya la típica de la cumbre, vegetación de altura: retamas, hierbas pajoneras, rosalitos de cumbre....
Tanto el Parque Nacional de las Cañadas como el pre-parque no están todavía en su plenitud en cuanto a floracion.
Las retamas están empezando a teñir el paisaje de blanco aunque aún, muy tímidamente. La hierba pajonera, más adelantada, lo va cubriendo todo de amarillo, margaritas, codesos.... todos se van vistiendo con sus mejores galas para ofrecer a quien quiera subir hasta allí un espectáculo inigualable.
Llegamos al Portillo, es temprano y apenas hay gente. Queremos ir hasta el mirador del Tabonal Negro, pues allí suele haber muchos tajinastes.
Y sí, si que los había pero como a todo lo demás les faltaban unos días para que estuvieran en su apogeo. Aún así pudimos disfrutarlos. Sacamos infinidad de fotos, eso si con mucho cuidado para no ser picados por las abejas, que las había a millares.
Allí nos encontramos con una gente que trabaja en "Medio Ambiente", con la que estuvimos hablando un buen rato. Nos dijeron que los tajinastes iban floreciendo muy bien, pero unas semanas atrás había hecho bastante frío y habían detenido un poco su crecimiento.
Como anécdota nos comentaron que habían visto algunas rarezas, como un tajinaste azul, llamado también picante y que tienen un porte de unos 50 o 60 cm, del tamaño de uno de los rojos, que llegan a medir más de dos metros. Y todo esto debido a la polinización que realizan las abejas.
De allí nos fuimos al llano de Ucanca donde también hay una colonia importante de tajinastes.Las vistas de estas plantas con el Teide al fondo nos ofrecieron unas bonitas panorámicas.
Pletóricos de tanta belleza, regresamos, con la intención de volver dentro de unas semanas para contemplar este paisaje en todo su esplendor.
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