Desde allí podemos ver a vista de pájaro, los campos de lava que conforman el Malpaís.
Y también el Puertito de Güímar.
La bajada se hace por un sendero muy arenoso.
Por el lado este de la montaña hay también algunas elevaciones de pequeño tamaño.
La vegetación este año con las escasas lluvias que ha habido, está raquítica. Los únicos que muestran algo de verdor son los balos.
Abajo, troncos de tabaiba.